Desayuno con Gema

Gema es una joya y no lo sabe, tú lo sabías?
Voy tirando del hilo, sin que ella lo aprecie.
No señores no, no me está contando historias de las que no nos gusta oír y damos la espalda.
Lo suyo es real, sufrido y vivido, como tocado y hundido.
Que equivocadas las frases de, aléjate de personas que solo cuentan tormentos. Qué hartura! Qué inhumano!
Qué equivocado está el mundo en el que se inventaron las frases!
Y si la historia fuese la tuya? Podría ser!
No es el caso.
Se desnuda ante la vida, ante la persona que atenta le da la importancia que merece. Necesita unos oídos que la comprendan, un lienzo donde pintar las dudas, los por qué? Un espejo que le muestre que no está sola, que siempre habrá un reflejo que la acompañe. Cuanto dolor, cuantas dificultades, traumas.
Cuanto de mí, cuanto de tí, sí, de tí, a tí también te llegó y sino te llegará.
Canalizamos la historia juntas, paseando por los jardines mozárabes, posando sin tapujos. Da igual si cuelga o es firme, si es ancho o esbelto, si es bajo o alto, si está arrugado, estriado y marcado el cuerpo.
Son cuerpos sabios, tienen historia, con final… Recorremos siglos en pocos metros, cambiamos de estilo y época, con encajes de bolillos. Pisamos las sombras. Nadamos el río a contracorriente, otras veces, no pasamos de la orilla. El río lleva agua, porque a ella ya no le salen las lágrimas.
Me roba instantes, que no tiempo, da igual quien fotografíe a quién, si la experiencia es la misma. Es la suya, es la tuya, es la mía.
Y tirando y tirando del hilo, sale un nuevo ser, la descubro, se la recuerdo, ya estaba allí, en su interior. Renace una captadora de instantes, para hacerlos eternos. Sabe la fórmula perfecta para que nada borre la imagen, ni el tiempo, ni el olvido.
Si, la mochila, no te la vas a quitar, te va a pesar, pero esta vez, en su interior acuérdate de guardar la cámara de fotos.
Amiga! Cuántos recuerdos te faltan por crear!
Yo te acompaño.
No olvides hidratar tu alma!
Fotos!…QUIERO MÁS.
Amparo Andrés
P. D: Te confieso que escribiendo he llorado y el renglón se me ha emborronado, con la misma intensidad que en Domingo reíamos retando al silencio.
FOTO: Patio Palacio Conde de Cervelló en Anna.