DESAYUNO EN EL IVAM

Se despierta con antojo de chocolate blanco. Lo tiene crudo, es domingo, pocos sitios hay donde poder encontrarlo.
Comienza por darse una ducha, se recrea, se le va el santo al cielo…o se le fue. Xavi le dijo que en el IVAM estaba Fernand Léger! Hasta le propuso ir juntos a ver la exposición, se les ha complicado la semana y no han llegado a quedar. Iría con ella si prometía ser buena compañera, guardar silencio y concentración. Bueno, con esfuerzo, podría ser capaz, jaja.
Envuelta en el albornoz, consulta internet y… Es el último día! No se puede perder la oportunidad. Fer en la ciudad!
Quiere aprovechar al máximo estar con Fer Léger, enseñarle los rincones de Valencia, contarle muchas cosas, hasta secretos.
Decide look de cara lavada, cero maquillaje, pelo recogido, cara despejada. No quiere que le empañe la mirada ni la máscara de pestañas. Entre semana ya va suficientemente arreglada. Vaquero en tono oliva y la camiseta que le regaló Vincent, con el cuadro del Café de Arlés. La cosa va de arte. El pantalón es del otoño pasado, jeje, aún tiene vetada a la báscula y de momento va ganando ella.
Entró, el pantalón entró, le falta un poco la respiración, pero entró.
Mientras va camino del IVAM, piensa que hace mucho tiempo que no lo pisaba. Le viene bien ir para recordar… en su día tenía pase especial y ha pasado más horas en la biblioteca del museo que en un bar; eso ya ni lo recordaba.
Traspasa el umbral de lo urbano al arte, por la puerta de cristal, a mano izquierda del hall está Fer. La estaba esperando. La recibe sonriente y complaciente, enseguida advierte el detalle de la camiseta.
_ Vincent es muy detallista.
Le comenta.
_ Si, insistió, dijo que me quedaría ¡genial!
Le nota cierto resquemor o quizá celos en la entonación.
Pasan a la sala y comienza la sesión.
Léger es un pintor cubista de la primera mitad del siglo XX.
Le cuenta sus primeros años en París, trabajando como dibujante de arquitectura.
_ Después del servicio militar, ingresé en la Escuela Nacional Superior de Artes Decorativas, no conseguí plaza en la de Bellas Artes.
_ Anda! Pues eso no lo sabía. Tenemos mucho en común. Yo entré en el tercer intento. Comencé con estudios en la Escuela de Cerámica de Manises.
_ Al principio estaba muy influenciado por el impresionismo. Profundamente impresionado por la retrospectiva de Cézanne. Luego pasé al cubismo de Picasso y de Braque.
Mientras charlan, van avanzando por la sala, contemplando las obras, aún se puede oler los pigmentos, la madera y conglomerados de las tablillas que empleó.
Los temas de sus obras son las ciudades, los robots, composiciones de color puro, máquinas ideales.
Ella ve salpicados en la sala toques de Kandinsky, de surrealismo, ambiente Art Déco, una bellísima explosión de imaginación y color.
Si tuviera que elegir se quedaría con «Tres mujeres», le recuerda a Le Corbusier.
Aunque «Los dos ciclistas, la madre y el hijo», la dejan enamorada.
Comienza a sonar música a lo lejos, cada vez más próxima, un xasofonista ameniza la estancia y de golpe una banda completa de músicos aparecen en el hall para despedir a Fer en su último día de exposición.
Corren juntos de la mano hacia el ascensor. Desde lo alto del edificio, ella que lo conoce bien, sabe que la acústica será espectacular.
En el ascensor ha debido subir o bajar «La Pedroche» y «Chloé», o ellas o imitaciones chinas, casi no queda oxígeno para respirar. Tendría que estar prohibida la entrada con perfume en los museos. Teme que los químicos puedan dañar las obras de arte.
En efecto, el sonido es la bomba en lo alto del edificio.
Del Jazz, pasan al Swing, Fer comienza a mover los pies, es un gran bailarín. La invita a bailar y… química, ahora si hay química. Se abstraen del tiempo, el espacio, el arte…Hay chispa! Bailan hasta el último minuto.
A Fer hasta ese momento le ha costado romper el hielo, ahora ya se le ve cómodo y distendido.
Para no ser vistos, salen por la puerta de atrás, la de la muralla. Ella conoce el camino, quiere mostrarle los rincones del Barrio del Carmen, enseñarle el arte en la calle, lo va a dejar fascinado. Calle Alta, Calle Baja, Plaza San Jaime, Calle Corona, Beneficencia y la más emblemática Calle Moret, allí todas las parejas inmortalizan un beso.
Hay calles de paso… y una calle donde todo pasa.
Fer… QUIERO MÁS
Amparo Andrés

FOTOS: Grafity Calle Moret. «Tres mujeres» en el IVAM.