Desayuno siete décadas o más

Siete décadas y aún se cuestiona que quiere ser de mayor.
Es muy dulce, con risa alocada; entrañable. Melena larga, ondulada y blanca. Así se imagina. Natural, sin pigmentos, ni parches, ni remiendos, ni disfraces. En su interior tiene veintisiete, desde que tuvo veintisiete.
Con sus achaques, pero fuerte; «mala hierba nunca muere», su bandera.
Conocedora de leyes, de números y libros. Apasionada con el arte.
Recuerda a la altura de la mitad vivido, como un quiebro, le enseñó a vivir a velocidad vida.
Desperdició la juventud a velocidad sociedad.
La segunda oportunidad la vive a ritmo vivir.
Lleva tres décadas de amores secretos, vividos en otra dimensión; la mantienen viva en la pasión. Algunos tendrán la edad que ella tuvo, otros los tendrá que recordar. Aquellos que no fueron seguirá imaginando como hubieran sido.
Fiel real a su único compañero y su hijo.
De sus sueños ha hecho su presente.
Conduce ligera, hábil y feliz por la vida. Cada día desayuna en un paisaje distinto, con personajes distinguidos, reales, inventados, caballeros, princesas, guerreros, escritores, artistas, amigos…
Su jardín es el mundo.
Viaja poco por asfalto, prefiere manantiales y ríos para decorar sus suelos y paredes, con techo infinito.
Se atreve escribiendo, pintando, esculpiendo…
Cada noche escribe y descubre en sus sábanas, con quién desayunará
mañana!
Así se ve, cuando cumpla siete décadas o más.
Quiere vivir otra vida, porque al final de esta ya sabe como vivirla.

Siete, ocho, nueve… décadas o más, con salud, a velocidad vida… QUIERO MÁS

Amparo Andrés

FOTO: Carreta. Cortijo Bablou.