
La vida está llena de cambios, unos nos gustan otros no. A ella le vino de la noche a la mañana un cambio inesperado, sin previo aviso. Pasó de llevar una vida normal a “no vida”, un ictus fue el osado. Ella cuenta que ha vuelto a nacer y se ha “reseteado”.
En todo momento fue consciente del arrebato furtivo de su propia vida.
¿Pero qué vida? ¿Era la vida que quería llevar?
Durante su recuperación, el orgullo y su actitud, la ayudaron a imaginar un futuro.
Tuvo el apoyo de un amigo, que confiaba en su recuperación, él único que le dio la seguridad y la certeza de que lo iba a conseguir. Él tenía la esperanza y se lo inculcaba.
Mientras luchaba por sostenerse en pie, volver a hablar, leer, escribir, construyó su futuro y su segunda vida. Arrepentida de no haber aprovechado la primera. Cansada de aquella…a veces el cansancio no entra por el cuerpo sino por el corazón.
Ha pasado más dolor del que la gente pueda imaginar. Se ha convertido en una mujer fuerte, sabe sobrellevar cualquier carga sobre sus hombros. Se considera Resiliente.
Los grandes cambios vienen con una fuerte sacudida, no es el fin del mundo, es el inicio de un mundo nuevo.
Este episodio la convierte en una mujer muy decidida, vive un lema: “Todo o nada”, no hay término medio. Ha de derribar las barreras que le impiden cumplir sus sueños.
En esta segunda oportunidad, retoma sus orígenes, busca en su interior donde estuvo el punto de inflexión, donde se desvió. Se remonta a su niñez, la pequeña de cuatro hermanos, todos ellos varones. Apenas veía la televisión, solo dibujaba, pintaba, recortaba, leía. Leía mucho, no se podían comprar libros al mismo ritmo que leía, con lo cual, los volvía a leer, al punto que los memorizaba. Aún recuerda su primer libro y lo feliz que se sentía al ser capaz de leer.
Decidió estudiar Cerámica y Bellas Artes, quedando pendiente otras facetas artísticas sin resolver.
En este momento de su vida, está buscando hacer exclusivamente, aquello que le haga feliz.
Entre todo aquello que le puede hacer feliz, se encuentra la escritura.
De alguien aprendió a no juzgar, solo observar y quedarse con lo bueno. Conserva de su primera vida, la dulzura y la pasión. Se queda con todo lo que le gusta y arranca de nuevo.
Arranca con un proyecto, el de escribir. Descubre que escribiendo es capaz de pintar con el alma.
Cada día amanece y escribe, pero necesita recordar, para ello precisa hablar con gente, dar paseos, viajar, leer, experimentar.
Con esta nueva vida, nace “Desayuno a domicilio”. Puede ser un desayuno, un té a las cinco, un concierto, una cata de vinos, una excursión, una exposición; en definitiva, una experiencia. Transmite las emociones que le ha proporcionado la vivencia y recuerda, recupera su memoria.
Vive y escribe, tal cual, transparente con todas sus consecuencias, “todo o nada”.
Amparo Andrés Parriego